Guijarro González, S. (2004). [e-Book] Maestros, escuelas y libros. El universo cultural de las catedrales en la Castilla Medieval. Madrid, Universidad Carlos III, 2004
Una incursión en la producción cultural medieval a través del estudio de las escuelas catedralicias de la Edad Media castellana. La parte primera se dedica al análisis funcional de estas instituciones catedralicias en todas su variables. La segunda, trata de los «armaria» y librerías de todos los cabildos estudiados, organizando las obras por temáticas.
El estudio de las bibliotecas y de los libros que eran legados por los clérigos en sus testamentos, tomados en préstamo o comprados ha sido tradicionalmente considerado como un indicador privilegiado de la atmósfera cultural de las instituciones eclesiásticas. La publicación de catálogos de manuscritos e impresos conservados de bibliotecas institucionales y privadas, de inventarios de libros y de noticias documentales relativas a libros y sus poseedores ha ofrecido a historiadores de diversos campos un ingente material de trabajo. Por otra parte, las viejas y nuevas propuestas de aproximación al tema han configurado una línea de investigación historiográfica de permanente actualidad: la historia del libro y la lectura.
En la historia política y constitucional reciente, los estudiosos rara vez especifican cómo y por qué utilizan el concepto de territorio. En las investigaciones sobre los procesos de formación del Estado y la construcción de la nación, por ejemplo, el término designa sobre todo un área geográfica cerrada gobernada por un gobierno central. Inspirado en las ideas de los geógrafos políticos, este libro explora los significados estratificados y constantemente cambiantes del territorio en la Europa medieval tardía y moderna temprana antes de que la cartografía y la formación del Estado convirtieran las fronteras y los territorios en entidades geográficas más fijas (pero aún cambiantes). Su tesis central es que el análisis de la noción de territorio en un entorno premoderno implica el análisis de las prácticas territoriales: las prácticas que relacionan a las personas y al poder con el espacio o los espacios.
Grid map of the Holy Land c.1321 by Pietro Vesconte, in Marino Sanudo’s Liber Secretorum Fidelium Crucis. British Library, Ms 27376, ff. 188v-189. Public domain image accessible via the British Library Catalogue of illuminated Manuscripts
El libro no sólo examina la construcción y la estructura espacial de los territorios premodernos, sino que también explora su percepción y representación mediante el uso de una amplia gama de fuentes: desde textos administrativos hasta mapas, desde vidrieras hasta crónicas.
Angotti, C., Fournier, G., & Nebbiai, D. (Eds.) 2017. Les Livres des maîtres de Sorbonne : Histoire et rayonnement du collège et de ses bibliothèques du xiiie siècle à la Renaissance. Paris : Éditions de la Sorbonne. DOI 10.4000/books.psorbonne.28921
El Colegio de la Sorbona fue creado en 1257 en París bajo los auspicios de los poderes real y papal. Entre los colegios seculares, se innovó al dotarse de edificios e ingresos regulares y al poner de relieve su vocación intelectual, donde la biblioteca era el elemento principal. A finales del siglo XIII ésta contaba con más de 1.000 volúmenes y estaba organizada en dos depósitos, uno de consulta in situ y otro de préstamo, para satisfacer las necesidades de los socios, estudiantes y profesores.
Esta obra estudia los libros del colegio, desde su adquisición por los maestros hasta su entrada en el establecimiento. Analiza su circulación dentro de los distintos repositorios y su uso por parte de los «sorbonistas» o de los lectores extranjeros. Aclara las relaciones del colegio con su entorno institucional y social, y la influencia cultural ejercida por la biblioteca desde la Edad Media hasta el Renacimiento. Dos instrumentos completan esta publicación: una guía codicológica de los manuscritos del colegio y una bibliografía exhaustiva de obras sobre su biblioteca.
Al reunir varias disciplinas (historia, literatura, sociología y filosofía), este libro ofrece los primeros hitos de una historia renovada de las bibliotecas universitarias.
Hoy en día, nos inclinamos a pensar que la alfabetización era una habilidad rara en la Edad Media, dominada sólo por una pequeña élite de monjes, sacerdotes y cortesanos. Se trata de una visión anacrónica, que considera que una persona está alfabetizada si sabe leer y escribir, y analfabeta si no. Sin embargo, muchas personas de la Edad Media sabían leer pero no escribir, la lectura existe en multitud de formas. Se pueden leer imágenes, como cuadros y vidrieras e incluso se puede leer de oído: durante la Edad Media, era habitual que los textos se leyeran en voz alta. Las imágenes interactúan con el texto, tanto hoy como en el pasado. Pueden emplearse como mera ilustración de los temas tratados en el texto, pero en algunos géneros las imágenes se utilizan para intensificar el mensaje. Especialmente en los libros religiosos, las imágenes pueden actuar como instrumentos para afectar a la espiritualidad del lector.
Esta exposición emprende un viaje por la sociedad de la Europa medieval para descubrir la rica paleta en la que se manifestaba la lectura:
Comenzamos en los monasterios, donde se cultivaba la palabra latina escrita (latinitas) en los primeros siglos de la Edad Media, y seguimos en las cortes nobiliarias de la Alta y la Baja Edad Media. La actitud de la nobleza hacia la lectura cambió durante la primera mitad de la Edad Media: la capacidad de leer y escribir figuraba entre las habilidades que debían poseer los caballeros y damiselas civilizados. Su interés llevó a la creación de nuevos géneros literarios: las cortes fueron la cuna de la literatura cortesana (de ahí su nombre).
De ahí pasamos a las ciudades, donde la creciente clase de mercaderes, artesanos y patricios seguros de sí mismos se fijaron en las cortes en busca de inspiración y ejemplos, al tiempo que adaptaron la escritura y la lectura a sus propios fines. Como el término literato (litteratus) se utilizaba en la Edad Media específicamente para las personas que entendían el latín, pasamos al papel de la lectura en lengua vernácula. Las obras literarias escritas en las cortes son algunos de los ejemplos más tempranos y conocidos, pero la lengua vernácula se introdujo lentamente incluso en la literatura religiosa, dominada por el latín.
A continuación, nos trasladamos a la Península Balcánica para analizar el desarrollo de la lectura en lenguas eslavas. A partir de ahí, se analiza una parte integral de la cultura textual: las redes de lectura. Dentro de una comunidad se compartían los libros y se leían juntos (a menudo leyendo en voz alta), y las comunidades afiliadas intercambiaban manuscritos para copiarlos. Esto permitió a los monasterios reunir impresionantes bibliotecas con muchos textos, tanto medievales como clásicos, que se transmitieron hasta el presente.
Por último, volvemos al ámbito eclesiástico, ya que se habla de las universidades. La lectura y la discusión de textos eran (y siguen siendo) una parte vital del plan de estudios universitario, y el desarrollo de la ciencia se basaba en el uso exhaustivo de textos antiguos y autorizados.
En el medievo los bestiarios alcanzaron gran popularidad, manuscritos iluminados que reunían ilustraciones, relatos y descripciones de las bestias tanto reales como fabulosas.
El Fisiólogo (Physiologus), que tuvo una enorme influencia en el pensamiento y en la concepción del mundo medieval, es el primer bestiario conocido en Occidente.Redactado en griego (aunque posteriormente se tradujo a casi todos los idiomas conocidos, latín, armenio, etíope, siriaco o árabe) y de un autor desconocido, probablemente se escribiese en Alejandría entre los siglos II y IV. Se trata de una obra de carácter moralista y religiosa en la que se plasman ilustraciones tanto de los animales reales de esa época como de los fabulosos, además de plantas y minerales. A estos animales se les dotó de una simbología dual: en ocasiones positiva, asociando su comportamiento al de Dios, y en otras negativa, pues relacionaban su actitud con la del diablo.
Otro ejemplo es El Bestiario de Aberdeen, manuscrito iluminado hecho en Inglaterra durante el siglo XII, escrito en latín e incluye notas, bocetos y otras pruebas de la forma en que fue diseñado y ejecutado. Agrupado por reinos y tópicos: mamíferos, bestias, ganado, animales pequeños, aves, serpientes, insectos, árboles y plantas, naturaleza del hombre, piedras, hace un añadido de la creación del hombre al inicio del libro.
Los animales que aparecen en los bestiarios fueron muy utilizados en el arte medieval para decorar tanto los monumentos religiosos como los libros porque a través de estos seres fabulosos se pretendía intimidar a quienes no habían seguido la moral que difundía la Biblia o aconsejar sobre cómo había que comportarse. Los capiteles de las iglesias y los manuscritos iluminados fueron dos de los soportes más recurrentes en la Edad Media para representar a estos animales fantásticos, entre los que destacan el unicornio, el dragón, el grifo, la sirena y el basilisco.
Seker, Eduard. Las imágenes de animales en los manuscritos mexicanos y mayas. Fondo de Cultura Económica, 2008. ACCEDER AL LIBRO
Eduard Seler fue un antropólogo alemán, etnohistoriador, lingüista, epigrafista, académico y erudito americanista, que hizo importantes contribuciones en estos campos hacia el estudio de la época precolombina de las culturas en América. Fascinado por la compleja simbología y religión del México antiguo pensaba, como dice en su breve introducción, que las imágenes de animales en códices y en monumentos «no representan un añadido ornamental, sino casi siempre juegan un papel importante en tanto seres dotados de fuerzas especiales y como entes concebidos en parte con mayor o menor trascendencia». Por esa razón, era importante para el arqueólogo y etnógrafo «conocer las características de estos animales», y, sobre todo, saber con exactitud de qué animal se trataba.
Han transcurrido ya casi cien años desde que fue elaborada esta obra y se han descubierto nuevos documentos pictográficos e innumerables sitios arqueológicos novedosos desde entonces, de tal manera que los conocimientos sobre las antiguas culturas mesoamericanas han avanzado mucho en ese tiempo. A pesar de ello, este tratado sigue vigente por su metodología y por abarcar tantas especies de animales de manera sistemática. Seler estudia la iconografía con tanto cuidado, que su obra es un ensayo interpretativo clásico y un instrumento introductorio muy útil para el estudio de la etnozoología y para conocer la visión que se tenía en el México antiguo del complejo y amplio mundo animal.
Albrecht Classen. The World of Miracles: Science, and Healing in Caesarius of Heisterbach’s Dialogus miraculorum (ca.1240) in Competition with Magic.Quidditas: Online Journal of the Rocky Mountain Medieval and Renaissance Association, Vol. 40 (2019), pp. 90-121. DESCARGAR EN PDF
Este documento ofrece una lectura detallada de algunos de los relatos de milagros dedicados a la Virgen María que figuran en el manuscrito Dialogus miraculorum de Cesarius de Heisterbach (ca. 1240) con el fin de arrojar luz sobre las estructuras narrativas fundamentales de este género, la asociación entre los relatos y su trasfondo material, y construir un caso para argumentar que los relatos de milagros medievales en realidad tenían mucho en común con el discurso sobre la magia.
Dialogus miraculorum de Cesarius de Heisterbachestá compuesto por una colección de 746 «milagro-historias» dispuestas de acuerdo con doce temas diferentes. Los cuentos son narrados en la forma de diálogo entre un monje y un novato. El trabajo fue utilizado a menudo por los predicadores que buscaban material para sermones a finales de la Edad Media. Se trataba de una obra que se distribuyó ampliamente, y su popularidad fue sólo comparable, tal vez, por la Leyenda dorada de Jacobus de Vorágine.
Después de un examen crítico de la magia en sí misma y sus propiedades como se imaginó o realizó en la Edad Media, el análisis destaca los rasgos «milagrosos» o incluso «mágicos» de los cuentos de Cesarius. Estos prueban ser no sólo importantes documentos narrativos de la mentalidad religiosa de la Baja Edad Media, sino que también revelan hasta qué punto sirvieron como un discurso complementario o incluso sustituto de la narrativa de la magia. Aunque esta última fue reprimida en su mayor parte en el mundo premoderno y también más allá, su presencia puede observarse particularmente en el relato de alguno de los milagros.
Luis Miguel de la Cruz Herranz. El Archivo Histórico Nacional : los orígenes del medievalismo español (1866-1955).Madrid : Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2020. 627 p. (Biblioteca de historia; 92). ISBN: 978-84-00-10600-3 ; NIPO:833-20-005-2. VISTA PREVIA
En esta obra se pretende destacar el papel desempeñado por el Archivo Histórico Nacional en el desarrollo de los estudios medievales en España que tendrá lugar durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, al igual que sucedió en el resto de los países de nuestro entorno. En este centro se fueron concentrando una gran cantidad de fondos documentales medievales que lo han convertido en uno de los principales archivos españoles para el estudio de esta época.
El medievalismo como especialidad historiográfica surgirá en la Escuela Superior de Diplomática creada en 1856, institución donde se enseñarán las ciencias auxiliares de la Historia consagradas especialmente a este periodo. Será, por tanto, aquí donde tendrá lugar la primera institucionalización del estudio de la Edad Media, enseñanzas que pasarían en su mayoría a la universidad tras la supresión de aquella en 1900. Allí se formaron los primeros archiveros profesionales, muchos de los cuales se convertirán en los primeros medievalistas, como los que trabajaron en el Archivo Histórico Nacional estudiados en esta obra.
Un papel destacado desempeñaron, igualmente, otras instituciones en el desarrollo de los estudios medievales en España, tales como la Real Academia de la Historia, el Centro de Estudios Históricos y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Con todas ellas mantendría estrechas relaciones el Archivo Histórico Nacional, cuyos archiveros colaborarán y se formarán en ellas.
Zlata Blazina Tomic and Vesna Blazina. Expelling the Plague: The Health Office and the Implementation of Quarantine in Dubrovnik, 1377-1533. McGill-Queen’s University Press, 2015. VER ENLACE
A medida que el mundo se enfrenta a la pandemia de coronavirus, algunas de las medidas clave que las autoridades están utilizando para hacer frente a la crisis son el aislamiento y la cuarentena. Los orígenes de la cuarentena se remontan a la Edad Media, una idea que surgió a raíz de la Peste Negra.
Cuando la peste bubónica golpeó a Europa entre los años 1347 y 1351, los médicos medievales no entendieron cómo se estaba propagando esta enfermedad. Con teorías que sugerían la causa que iban desde los «malos aires» hasta el envenenamiento deliberado, las medidas adoptadas para detener la plaga solían girar en torno a mantener las ciudades limpias y a las minorías como chivos expiatorios.
Tras la fase devastadora de la Peste Negra, la plaga volvía a algunas partes de Europa, golpeando a las comunidades a veces cada cinco o diez años. Los europeos también estaban aprendiendo más sobre cómo esta epidemia podía propagarse de un lugar a otro, y sobre el peligro que suponían los infectados para el resto de la población. Esto llevó a algunas ciudades a promulgar medidas estrictas contra los enfermos. Por ejemplo, cuando la peste azotó Milán en 1374, las autoridades ordenaron que todas las personas enfermas abandonaran la ciudad «y se fueran al campo, viviendo en chozas o en el bosque hasta que murieran o se recuperaran».
Sin embargo, la ciudad de Dubrovnik (entonces conocida como Ragusa), un puerto de unos 3000 habitantes en la costa del Adriático, hizo algo bastante diferente cuando la plaga comenzó a emerger de nuevo en el año 1377. En su libro Expelling the Plague, los historiadores Zlata Blazina Tomic y Vesna Blazina revelan que fue la primera ciudad del mundo en desarrollar y aplicar la legislación de cuarentena.
La Edad Media, sobre todo desde el siglo IX en adelante, fue en realidad la época del libro en sí. Los libros se extendieron en el mundo islámico entre musulmanes, cristianos y judíos por igual, provocando una profunda revolución. Este proceso, con sus amplias implicaciones sociales e incluso mentales, se refleja en la literatura normativa musulmana y en los hallazgos de los genoveses, que contienen decenas de libros compuestos, producidos y consumidos en las tierras del Islam durante este período.
En esta conferencia se discute el aspecto material de la producción y el consumo de libros como se manifiesta principalmente en las listas de libros de los genoveses.
The Crisis of the 14th Century.Bauch, Martin ;Jasper Schenk, Gerrit. De Gruyter, 2020. 299 p. (Das Mittelalter. Perspektiven mediävistischer Forschung. Beihefte; v. 13). DOI: 10.1515/9783110660784 DESCARGAR PDF
Las interacciones críticas pre-modernas de la naturaleza y la sociedad pueden ser estudiadas mejor durante la llamada «Crisis del siglo XIV». Aunque la historiografía ha ignorado durante mucho tiempo, el marco ambiental de los procesos históricos y los científicos han hecho demasiado hincapié en el impacto de la naturaleza en el curso de la historia humana, este volumen trata de describir los modos, a veces complejos, de la relación entre el hombre y la naturaleza en la baja edad media.
La idea de «teleconexión», tomada de las geociencias, describe la influencia de los patrones de circulación atmosférica a menudo a grandes distancias. Parece que también había «teleconexiones» en la sociedad. Así que este volumen pretende examinar las interacciones hombre-ambiente principalmente en el siglo XIV de toda Europa y más allá. Integra contribuciones de diferentes disciplinas sobre el impacto, la percepción y la reacción del cambio ambiental y los eventos naturales extremos en las sociedades de la Baja Edad Media.
Para los humanistas de todas las disciplinas históricas ofrece un enfoque sobre cómo integrar las pruebas escritas e incluso científicas sobre el cambio ambiental en los campos de investigación histórica establecidos y nuevos.
Para los científicos demuestra las contribuciones que los estudiosos de las humanidades pueden proporcionar para el debate sobre los cambios ambientales del pasado.