Jerusalén Conquistada: epopeya Trágica de Lope de Vega y Carpio.

El jueves 18 de mayo de 2023 se ha hecho entrega a la Universidad de un ejemplar de esta obra, donado por Dña. María del Carmen del Pilar Viñuela, antigua alumna argentino-española del Máster-Título Propio de Escritura Creativa en Español de la Universidad de Salamanca, en nombre de su padre, D. Marcos Viñuela,  que fue durante años director en Mendoza (Argentina) del Instituto de Cooperación Iberoamericana, y a quien, por su trayectoria en defensa de la cooperación iberoamericana, le fue concedida la orden de Isabel la Católica.

LA JERUSALÉN CONQUISTADA: epopeya trágica es uno de los poemas épicos de Lope de Vega (1562-1635), publicado por primera vez en Madrid en 1609 por Juan de la Cuesta. Dada la buena acogida de todas las obras de Lope de Vega, ese mismo año se hizo esta reimpresión en Barcelona, en formato octavo, a costa del librero Rafael Nogués, “En la Emprenta de Gabriel Graells y Giraldo Dotil”, según figura en el colofón.

El ejemplar, completo y en buen estado, con encuadernación en pergamino, lleva una curiosa anotación manuscrita «ya los ay en abundancia», en referencia a una nota marginal que indicaba que en España no había tulipanes. De acuerdo con el Catálogo Colectivo de Patrimonio Bibliográfico (CCPB000051333-4), en Castilla y León solo se conserva otro ejemplar, en la Biblioteca Pública del Estado en Ávila.

Lope de Vega dedicó años a intentar convertirse en el poeta épico culto por excelencia, escribiendo la Dragontea, La hermosura de Angélica y, en especial, Jerusalén conquistada, en consonancia con el sentimiento de exaltación nacional surgido en el Renacimiento. De hecho, por entonces en varios países ya se habían compuesto poemas épicos que cantaban la historia propia al estilo de las epopeyas clásicas, la Iliada o la Eneida. Ejemplos fundamentales de esta corriente son Os Luisiadas de Camoens (1572) o La Jerusalén liberada (1581) de Torcuato Tasso. La larga epopeya de Lope de Vega Jerusalén conquistada, dedicada a Felipe III, está basada precisamente en Tasso –incluso se distribuye también en 20 cantos—y en ella Lope canta la (falsa) intervención española en la Tercera Cruzada del rey castellano Alfonso VIII, a quien empareja en la gesta con Ricardo Corazón de León.

Aunque la hazaña sea inventada y la unión con Ricardo Corazón de León solo tenga el objetivo de engrandecerla, desde luego existe una clara base histórica: Alfonso VIII estaba casado con Leonor Plantagenet, hija de Leonor de Aquitania y Enrique II de Inglaterra, y, por tanto, hermana de Ricardo Corazón de León. ¿Quién no recuerda a la inteligente y casi temible Leonor de Aquitania interpretada por Katharine Hepburn en la película The Lion in winter (1968)?

Sigamos con los enlaces familiares, que llegan incluso hasta la Universidad de Salamanca: Alfonso VIII y Leonor Plantagenet fueron los padres de Berenguela de Castilla, la primera esposa de Alfonso IX, fundador del Estudio de Salamanca, sobrina de Ricardo Corazón de León, madre de Fernando III El Santo y, por lo que sabemos de su carácter, digna sucesora de su abuela.

Desde luego, la conexión que hemos hecho de esta obra con la Universidad de Salamanca es accidental y forzada. Pero es bien sabido que Lope de Vega estuvo años más tarde muy relacionado con nuestra Universidad, ya que, en el contexto de la defensa universitaria de la concepción sin pecado original de la Virgen María –no proclamada Dogma por la Iglesia Católica hasta 1854–, el Estudio Salmantino encargó a quien era el primer dramaturgo de la España del momento una comedia, La Limpieza no manchada, que fue representada el 29 de octubre de 1618 en el Patio de Escuelas.

Aunque Lope de Vega fue tan prolífico que conservamos ejemplares antiguos de varias de sus obras, para la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca, donde en los siglos XVI-XVII desde luego no se estudiaba la literatura en castellano, esta donación supone enriquecer una categoría de fondos escasamente representados: la de ediciones coetáneas de autores españoles del Siglo de Oro.

IX CICLO DI STUDI MEDIEVALI, 2023

El Grupo de Investigación NUME sobre la Edad Media Latina organiza el IX Ciclo de Estudios Medievales para 2023.

La conferencia tiene como objetivo ofrecer una visión amplia de la situación actual de los estudios medievales italianos e internacionales. Se abordarán cuestiones relativas a los más diversos aspectos de la época medieval (siglos V-XV): historia, filosofía, literatura, arte, arqueología, cultura material, nuevas tecnologías aplicadas a los estudios medievales, etc.

Se prestará especial atención a la presentación de:
–proyectos digitales/multimedia;
–proyectos de cooperación, desarrollo y cohesión social destinados a profundizar y difundir los estudios medievales (asociaciones, laboratorios, centros de estudio, etc.);
–propuestas relacionadas con la comunicación, la didáctica y la enseñanza

Las Conferencias se llevarán a cabo los días 6 y 7 de junio de 2023 en el antiguo Convento Il Fuligno, en Florencia.

IX CICLO DI STUDI MEDIEVALI, Call for Proposals 2023

Oveco y el Beato de Valcavado.

‘Oveco’ (Borja Barba, 2023) es un cortometraje sobre la vida del monje Oveco y la iluminación, en el año 970, del Beato de Valcavado en el Monasterio de Valcavado, muy cerca de Saldaña (Palencia).

EL BEATO DE VALCAVADO.

Según consta en el propio manuscrito, el Beato de Valcavado fue copiado por un monje llamado Oveco en el monasterio del mismo nombre situado al norte de Saldaña, en la provincia de Palencia, por encargo de su abad Sempronio, como demuestra la inscripción «SEMPRONIVS ABBA LIBRVM» que se incluye repetidamente en el laberinto existente en el segundo folio. Oveco comenzó este beato el 8 de junio del año 970 y lo terminaba el 8 de septiembre de ese mismo año, plazo sorprendentemente corto para un trabajo de esta categoría, ya que parece evidente que ha sido creado por una única mano.

El Beato de Valcavado, consta de 230 folios más 14 desaparecidos y además es muy probable que sean suyos los cinco folios de genealogías que se conservan en la Vitrina 14-2 de la Biblioteca Nacional de Madrid. En la actualidad, además de múltiples letras capitales de bella factura, contiene 87 miniaturas de gran calidad, algunas de doble folio y otras de folio completo, siempre integradas en el texto como complemento visual del pasaje en el que se integra. Pertenecen al estilo de la escuela leonesa iniciada por Magius.

Este códice destaca por la vitalidad de sus personajes, de grandes ojos almendrados, que muestran una actitud muy exaltada. Los colores utilizados por Oveco son más vivos, situando las imágenes sobre franjas rojas, azules. y amarillas. También es muy significativa la gran influencia islámica que se muestra en la vestiduras de los personajes y en las arquitecturas que se incluyen en sus miniaturas.

Existen muchas notas en sus márgenes, las más interesantes son las que añadió el propio Oveco, parece ser que en la revisión final del manuscrito, de menos interés son otras del siglo XII y algunas posteriores. Como nota curiosa destacaremos la cantiga escrita en gallego medieval descubierta en 1918 en una de sus primeras páginas, datada en la primera mitad del siglo XIII y bastante próxima por su factura a las cantigas de Alfonso X el Sabio. Fue atribuida inicialmente a Fernando III el Santo, aunque actualmente se ha desechado esta posibilidad.


Libro de imágenes del Beato de Valcavado

Recuperada una de las primeras traducciones de los Evangelios en un manuscrito de la Biblioteca Vaticana.

El manuscrito Vat. iber. 4

Un fragmento de una de las primeras traducciones de los Evangelios ha sido recuperado en un pergamino que se utilizó posteriormente para otros textos.

Kessel, G. (2023). A New (Double Palimpsest) Witness to the Old Syriac Gospels (Vat. iber. 4, ff. 1 & 5). New Testament Studies, 69(2), 210-221. doi:10.1017/S0028688522000182

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Es una pieza importante del rompecabezas de la historia del Nuevo Testamento y uno de los testigos textuales más antiguos de los Evangelios: un pequeño fragmento manuscrito de la traducción siríaca, realizado en el siglo III y copiado en el siglo VI. Un investigador de la Academia Austriaca de Ciencias descubrió el fragmento con ayuda de la fotografía ultravioleta.

Hace unos 1.300 años, un escriba de Palestina tomó un libro de los Evangelios inscrito con un texto siríaco y lo borró. El pergamino escaseaba en el desierto en la Edad Media, por lo que los manuscritos se borraban y reutilizaban con frecuencia, pero las marcas dejadas por la escritura quedaban reflejadas en el material. Grigory Kessel, medievalista de la Academia Austriaca de las Ciencias (OeAW), ha logrado ahora que las palabras perdidas de este manuscrito en capas, un llamado palimpsesto, vuelvan a ser legibles.

El documento recuperado ahora representa una colección de himnos litúrgicos en griego escritos por un monje del monasterio hace unos 1.300 años, que se encuentra en la Biblioteca del Vaticano con la signatura Vat. iber. 4. Hace tiempo que se sabe que este manuscrito es un palimpsesto: «Este manuscrito fue escrito en pergamino que originalmente provenía de varios manuscritos que no iban juntos y estaban escritos en diferentes idiomas», explica Kessel en un comunicado.

En 2020 fue digitalizado, y las imágenes de luz natural y UV resultantes se añadieron a la Biblioteca Digital Vaticana [VER]. Al analizar las imágenes realizadas con la luz ultravioleta, Kessel descubrió que algunas páginas del manuscrito contenían líneas de texto más antiguas escritas en siríaco antiguo, que integra un conjunto de dialectos del arameo. Esas líneas tienen 1.750 años y, por lo tanto, unos 400 años más que el texto del himno griego. Las antiguas líneas de escritura siríaca corren perpendiculares al texto posterior. Como explica Kessel, las páginas de pergamino originales se giraron más tarde, se doblaron por la mitad y luego se reencuadernaron. El desciframiento del antiguo texto siríaco reveló algo sorprendente: es un pasaje del Evangelio de Mateo, un texto bíblico del Nuevo Testamento.

Hasta hace poco, solo se conocían tres manuscritos que contenían la traducción siríaca antigua de los evangelios. Uno se conserva en la British Library, otro es un palimpsesto descubierto en el Monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí y los fragmentos de un tercer manuscrito fueron recientemente identificados en el Proyecto «Palimsestos del Sinaí«. El fragmento de texto ahora descubierto por Kessel es el único remanente conocido de una cuarta versión del evangelio sirio antiguo y ofrece una puerta única a la fase más temprana de la historia de la transmisión textual de los Evangelios. Por ejemplo, mientras que el original griego del capítulo 12 de Mateo, versículo 1, dice: «En aquel tiempo Jesús pasó por los sembrados en sábado; y sus discípulos tuvieron hambre y empezaron a coger espigas y a comer», la traducción siríaca dice: «[…] empezaron a coger espigas, a frotarlas con las manos y a comerlas».

El estudio de Grigory Kessel se llevó a cabo como parte del Proyecto Sinaí Palimpsestos. El objetivo es hacer que los valiosos manuscritos palimpsesto de siglos de antigüedad del Monasterio de Santa Catalina en Egipto sean legibles nuevamente y estén disponibles en forma digital. Hasta el momento, ya se han descifrado 74 manuscritos.

La verbena de la Paloma de Tomás Bretón.

Con motivo del centenario del fallecimiento del popular músico salmantino Tomás Bretón (Salamanca 1850 – Madrid 1923), damos a conocer una de las últimas adquisiciones de la Biblioteca, comprada en enero del presente año.

Se trata de un pequeño folleto original, sin costura y a modo de cordel, de la que sin duda es su zarzuela más famosa, La verbena de la Paloma:

La Vervena de la Paloma o el Boticario y las Chulapas y celos mal reprimidos: zarzuela en un acto y tres cuadros original de D. Ricardo de la Vega y música del maestro D. Tomás Bretón. Estrenada con éxito extraordinario en el Teatro Apolo de Madrid la noche del 20 de febrero de 1894. -Madrid, Imprenta de la Viuda J. Elizalde, Julio 1895. – Formato 8.º (16 x 11 cm), 8 hojas.

Acceso al documento completo

Pese a que Tomás Bretón (Salamanca, 1850-Madrid. 1923), apostó toda su vida por la creación de una ópera en español, siguiendo la corriente nacionalista del Romanticismo, pasará a la historia como compositor de zarzuelas, y, especialmente, por musicar el texto de la Verbena de la Paloma de Ricardo de la Vega, uno de los mejores retratos costumbristas y musicales del Madrid decimonónico.

Tomás Bretón (Salamanca 1850 – Madrid 1923)

Nacido en Salamanca, realizó sus primeros estudios musicales en la salmantina Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy y posteriormente se trasladó a Madrid, donde tocó en orquestas de teatros de zarzuela y continuó su aprendizaje en el Real Conservatorio, bajo las enseñanzas del maestro Emilio Arrieta. En 1872 recibió, junto con Ruperto Chapí, el primer premio de composición del Conservatorio. En 1880 fue becado por la Academia de Bellas Artes de San Fernando para estudiar en el extranjero, residiendo en Roma, Milán, Viena y París entre 1881 y 1884. Entre 1885 y 1891 fue director de la Sociedad de Conciertos de Madrid, principal orquesta madrileña, y llegó a dirigir el Conservatorio de Madrid.

Además de la música de zarzuelas por las que es más conocido, compuso música sinfónica y de cámara, y desde luego óperas, como Los amantes de Teruel, que, estrenada en el Teatro Real de Madrid en 1889, lo consagró como el principal impulsor de la ópera compuesta en España y en español.

Las cuentas claras: un diálogo entre contabilidad, historia y arte.

LAS CUENTAS CLARAS
Exposición temporal organizada por el Museo Provincial y la Universidad de Burgos.
30 de Marzo – 30 de Junio de 2023
Sala de exposiciones temporales del Museo Provincial de Burgos

Las cuentas claras aborda la historia de la contabilidad y su repercusión en la sociedad desde el siglo XVI hasta nuestros días.
Para ella, los organizadores han solicitado a la Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca una pieza singular, que ha merecido una vitrina individualizada. Se trata del Tratado de Cuentas de Diego del Castillo Villasante, impreso por primera vez en Burgos en 1522 y con dos ediciones salmantinas de Juan de Junta, en 1542 y 1551.

Tratado de Cuentas de Diego del Castillo Villasante (1542).
Texto completo

Considerado como el primer tratado en lengua castellana dedicado en exclusiva a temas contables, la obra de Diego del Castillo es desde luego una fuente excepcional para conocer la repercusión social, económica y legal de la rendición de cuentas entre los mercaderes castellanos del siglo XVI, pero también es una muestra temprana del pensamiento económico de la Escuela de Salamanca, anterior en algunas décadas al Tratos y contratos de mercaderes y
tratantes
de Tomás de Mercado (Salamanca, 1569).
En el discurso expositivo, el Tratado de Cuentas ilustra los avances en la teoría contable durante el siglo XVI, complementando así el recorrido propuesto desde inicios del siglo XIII hasta la contemporaneidad, donde encontraremos diferentes testimonios que documentan la evolución de la práctica contable, relacionados especialmente con Burgos y con el Consulado del mar.

Colofón de la obra.

La Biblioteca de la Universidad de Salamanca conserva dos ejemplares de la edición de 1542 y uno de la también salmantina de 1551. El ejemplar prestado pertenece a la de 1542 y es un volumen facticio de especial interés, ya que la obra de Castillo Villasante está encuadernada en pergamino con otras dos obras en castellano, también tempranas y de tema económico, que avisan desde el propio título del sustrato moral que alimentaría la teoría económica de la Escuela de Salamanca:

  • Prouechoso tratado de cambios y contrataciones de mercaderes y reprouacion de vsura de Cristóbal de Villalón (Valladolid 1542),
  • y Tractado en que ala clara se ponen y determinan las materias delos prestamos que se vsan entre los que tractan y negocian y de los logros y compras adelantadas y ventas al fiado etc. del teólogo franciscano Luis de Alcalá (Toledo 1542).

PROGRAMACIÓN DE EXPOSICIONES DEL MUSEO DE BURGOS

Ciencia y práctica. Libros sobre arquitectura.

Ciencia y práctica. Libros sobre arquitectura.
Fondos de la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca


Del 22 de marzo al 28 de mayo de 2023. Sala de exposiciones Patio de Escuelas
HORARIO:
Martes a sábados de 12.00 a 14.00 y de 17.30 a 20.30
Domingos y festivos de 10.00 a 14.00
Lunes cerrado

Esta exposición ofrece al visitante la posibilidad de contemplar una selección de libros relacionados con la Ciencia y Práctica de la arquitectura que atesora el fondo antiguo de la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca, algunos de los cuales migraron desde bibliotecas conventuales, de extintos colegios, y de las de ciertos particulares.

Incardinada en su origen en la programación del XXIII Congreso del Comité Español de Historia del Arte (CEHA), Universitas. Las artes ante el tiempo (previsto para marzo de 2020 y que no se pudo celebrar), cabe agradecer a la dirección del referido CEHA que, pasado ya algún tiempo, haya considerado favorablemente no dejar huérfano a aquel congreso de esta actividad.

Organizada en seis secciones, comienza con unas obras que servían al viajero/peregrino para guiarle por las maravillas de Roma, caput mundi, actualización de las viejas mirabilla y precursoras de las posteriores «guías de viajero».

El descubrimiento en 1414 en el monasterio de Saint Gall de una copia manuscrita de los Diez libros de arquitectura de Vitruvio generó en el ambiente artístico italiano, principalmente toscano, un deseo por recuperar el arte de los antiguos, una labor a la que contribuyeron muy especialmente los tratadistas, que de un modo u otro encontraron su referente en el códice vitruviano.

Desde que el arquitecto y tratadista italiano fijara una relación entre las proporciones del cuerpo humano y la debían tener los tempos (libro III, cap. I), el estudio de aquel con finalidad científica, y la antropometría para su conocimiento por parte de artistas de distintas disciplinas, se convirtió en una constante en la literatura artística.

Los tratados técnicos, entre los que destacan los dedicados al arte de la montea, fundamentales para el correcto trazado y labra de diferentes elementos del edificio, constituyen el núcleo de la cuarta sección.

Real Fuerte de la Concepción. Aldea del Obispo (Salamanca)

La fortificación y defensa de las ciudades fue una más de las competencias de los arquitectos hasta que en los albores de la Edad Moderna surge la figura del ingeniero militar, formado especialmente para diseñar sistemas más eficaces de defensa frente a las nuevas armas de guerra, en particular la artillería.

El final de la muestra abunda en esa idea del viaje con el que empezaba esta presentación, en su caso el de un libro que narra un viaje, El Sueño de Polifilo, cuyos grabados inspiraron los relieves de la Galería de los Enigmas del edificio histórico de las Escuelas Mayores, y con la impronta, ya sea literaria o gráfica, que el viejo estudio salmantino dejó en visitantes y viajeros que hasta él se acercaron.

Hypnerotomachia Poliphili o Sueño de Polifilo (Venezia, 1499),

Falsificaciones en la documentación medieval peninsular.

Un estudio elaborado por Julio Escalona, investigador del CSIC, y Sonia Serna, investigadora y profesora de Paleografía Diplomática de la Universidad de Burgos, demuestra que un documento que data del año 943, el documento más antiguo del Archivo Histórico de la Nobleza y perteneciente al fondo documental del monasterio de San Pedro de Cardeña, en la provincia de Burgos, es en realidad una falsificación. Es más, pertenece al siglo XII y , según los investigadores, fueron los propios monjes los que falsificaron este documento para ganar un pleito contra los vecinos de Peñafiel y Castrillo del Duero por la propiedad de la iglesia de Santa María de Cuevas de Provanco, en la provincia de Segovia.

Serna Serna, S. ., & Escalona, J. . (2022). Falsificaciones y procesos judiciales. Contexto de producción y utilización de un supuesto original del monasterio de San Pedro de Cardeña. Anuario De Estudios Medievales52(2), 887–916. https://doi.org/10.3989/aem.2022.52.2.16

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En una de sus búsquedas rutinarias, Escalona descubrió hace años que en la página web de la Red de Archivos Españoles aparecía que en el Archivo Histórico de la Nobleza de Toledo había un documento perteneciente al fondo documental del monasterio benedictino de San Pedro de Cardeña. “Me saltó la alarma y fui a verlo”, indica el investigador, ya que existen muy pocos documentos pertenecientes a este fondo documental, y especialmente de esa época.

Se trataba del documento más antiguo de los custodiados en el Archivo Histórico de la Nobleza, ya que pertenecía al siglo X. “Estaba en el fondo de Osuna, en medio de un montón de papel muchísimo más tardíos”, indica.

 Julio Escalona, investigador del CSIC, y Sonia Serna, investigadora y profesora de Paleografía Diplomática de la Universidad de Burgos

Datado el 26 de diciembre de 943, este pergamino, de gran formato y escrito en letra visigótica redonda, registraba la donación del conde castellano Asur Fernández y su mujer Gontroda al monasterio de San Pedro de Cardeña, en concreto la donación de dos propiedades: por un lado de un lugar llamado Fuente Adrada, en el término de Sacramenia, al norte de Segovia; y por otro, de la iglesia de Santa María. “Es una donación que se produce directamente a Cardeña, y por tanto ese documento estuvo allí, porque el monasterio era su propietario”, explica Sonia Serna.

Este hallazgo ya tenía una gran importancia, puesto que se trataba de uno de los “escasísimos pergaminos originales de Cardeña”, ya que, con la llegada de la Desamortización, las instituciones eclesiásticas sufrieron grandes pérdidas, y en concreto, el fondo documental de este monasterio burgalés fue “arrasado”, afirma Serna.

Fue entonces cuando se pusieron a investigar este documento, cotejándolo con otros escritos que hacían alusión a este documento y que eran copias del original, como es el caso del Becerro Gótico de Cardeña, un cartulario que contiene los documentos que tenía el monasterio en el momento en que se realiza, el 1086. “Ese año, se copian todos los documentos que había en Cardeña, y entre ellos está este de Asur Fernández”, indica la investigadora. Sin embargo, ahí se dieron cuenta de una primera diferencia, dado que en esta copia no se mencionaba a la iglesia de Santa María. “Es llamativo, porque no es lógico que en una copia se omitan cosas. A ellos les interesaba tener el documento bien copiado”. A partir de ese momento, ambos investigadores comenzaron a darse cuenta que el documento que creían original tenía una serie de “anomalías” tanto en la escritura como en las grafías que no “concordaban con la época”.

El documento estaba escrito en visigótica redonda, lo cual concordaba con la escritura de la época, pero también aparecían signos abreviativos (trazos que los copistas dibujaban para abreviar palabras) que eran “habituales en la letra visigótica cursiva, pero no en la redonda y totalmente anacrónico para la época”, indica Serna., ya que en el siglo X la abreviación de los posesivos se hacía de una manera, y esto cambió en el siglo XI. De esta forma, se dieron cuenta que al copista se le “escaparon abreviaciones con r”, tal y como se hacía en el siglo XI. “Todo ello nos hizo ver que ese documento, lo más probable es que hubiese sido realizado en una época posterior, donde el escriba conocía la escritura carolina y para realizar esa falsificación se imbuye de lo que había sido la escritura visigótica. La imita bien, hace una buena falsificación pero tiene deslices”, afirma.

Este estudio, publicado en la revista ‘Anuario de Estudios Medievales’ , recoge con detalle el proceso de análisis que ambos investigadores llevaron a cabo para demostrar la falsificación de este documento. “Las falsificaciones antiguas tienen mucho interés y te dicen muchas cosas”, afirma Escalona, que asegura que se puede “seguir tirando del hilo” y sacar más conclusiones sobre este suceso.

Antonio Muñoz Molina en la Biblioteca Histórica.

Imagen de SalamancaALDIA

El escritor Antonio Muñoz Molina, uno de los novelistas más leídos en lengua española, académico de número de la Real Academia Española y Premio Príncipe de Asturias de las Letras, visitó el lunes 13 de marzo por la tarde la Antigua Librería, tras haber impartido la conferencia, ‘La invención y el azar’, dentro de la programación del máster en Literatura Española e Hispanoamericana.

Interesado y distendido, a pesar de que no disponía de mucho tiempo, el novelista paseó por el Edificio de las Escuelas Mayores y atendió las explicaciones sobre la Biblioteca, comentando, preguntando y demorándose en el examen de algunos libros, impresos y manuscritos que le mostramos. 

Al finalizar, firmó con su propia pluma en el libro de visitas –momento que recoge la fotografía-, donde compara su emoción con el conocido verso de Borges …yo que me imaginaba el paraíso bajo la especie de una biblioteca.

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Antonio Muñoz Molina ha sido elegido como «bibliotecario particular» en la Biblioteca Matador, un proyecto impulsado por el Club Matador de Madrid, donde busca crear “una biblioteca transversal”. No hay subdivisiones ni en género, ni en ficción ni no ficción. La única división es estrictamente alfabética.

LA CELESTINA. Por fin.

La naturaleza de universitaria de nuestra biblioteca, así como la procedencia de los libros que la han nutrido a lo largo de los siglos –donaciones de antiguos profesores, bibliotecas jesuíticas, de colegios y de conventos—, frenó en gran medida el ingreso natural de ediciones antiguas de obras populares de la literatura española.

Es razonable: ni el castellano era objeto de estudio –por lo que tampoco se halla entre nuestros fondos, por ejemplo, la Gramática castellana de Nebrija– ni los literatos que se leían en la Facultad de Artes eran los autores del Siglo de Oro.

A pesar de todo, la riqueza de la Biblioteca no decepciona y se conservan muchas obras literarias castellanas, incluso manuscritas: desde la colección de cancioneros del siglo XV o el Libro de buenos proverbios y Calila e Dimna, hasta una de las tres copias existentes del Libro de Buen Amor, pasando por la traducción del Libro de Job de Fray Luis de León o el Antídoto contra las soledades, escrito contra Luis de Góngora.

Pero duele que nunca, a través de ningún canal, llegaran dos cumbres de la literatura española muy relacionadas con Salamanca: La Celestina de Fernando de Rojas y El lazarillo de Tormes.

Por fortuna, recientemente ha sido posible adquirir una Celestina, que ocupa ahora el lugar que siempre debió tener entre las estanterías de la Biblioteca. Se trata de una Tragicomedia, es decir, la segunda versión impresa de la obra de Fernando de Rojas, frente a la primera, la Comedia de Calisto y Melibea. La tragicomedia se caracteriza por tener veintiún actos y sumar nuevos textos a los preliminares ya conocidos, como «El autor a un su amigo» o las octavas acrósticas. Su éxito editorial fue enorme e inmediato, de modo que fue reeditada continuamente a lo largo del siglo XVI y traducida a todas las lenguas cultas. De hecho, se conocen más de cien ediciones en castellano, algunas impresas fuera de España, hasta su prohibición en 1792.

La edición adquirida por la Universidad de Salamanca lleva por título Celestina, tragicomedia de Calisto y Melibea, en la qual se contienen, de mas de su agradable y dulce estilo, muchas sententias filosofales, y auisos muy necessarios para mancebos…, y fue publicada en 1599 por la Oficina plantiniana. Como tal, luce orgullosa en la portada la marca tipográfica característica de la casa, un compás con el lema «Labore et constantia», ideado por el gran Cristóbal Plantino (c. 1520-1589) para su imprenta de Amberes.

A la muerte del patriarca, la Oficina plantiniana, con sus dos sucursales en Amberes y Leiden, fue gestionada por su ayudante y yerno, Jan Moretus (1543-1610) y, posteriormente, por su esposa e hijos, de modo que el negocio familiar sobrevivió a varias generaciones.

Nuestra Celestina es un impreso de pequeño formato (un dozavo), al estilo de los libros de bolsillo que poco después popularizaría la dinastía de los Elzevir desde los Países Bajos. Jean F. Peeters-Fontainas, en su estudio sobre los impresos españoles publicados en los Países Bajos meridionales, la considera impresa en Leiden, no en Amberes, una duda difícil de resolver que no todos los investigadores comparten, ya que en el pie de imprenta no figura el lugar de impresión. El volumen, que se encuentra en muy buen estado de conservación, fue protegido en el siglo XX con una elegante encuadernación en piel, con impresiones en seco en los planos y nervios en el lomo, y acompañada de un estuche de piel y tela.

Acceso al registro bibliográfico BG/51411

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