
En 1559 la Iglesia Católica comenzó a publicar el Índice de libros prohibidos considerados dañinos para su doctrina. La última edición es de 1948 y en ella se siguieron incluyendo títulos.
El Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum (nombre completo), también llamado ‘Index Expurgatorius’ y conocido en castellano como ‘Índice de libros prohibidos’ contiene un catálogo de libros que la Sagrada Congregación de la Inquisición de la Iglesia Católica Romana consideraba perniciosos para la fe. El objetivo de la lista era prohibir y prevenir la lectura de determinadas obras y autores, ya sea en su totalidad o parcialmente, cuyo contenido sea ofensivo, inmoral o atente contra las creencias católicas. Y con ello frenar la proliferación de textos herejes en su propio territorio, donde el protestantismo y el luteranismo comenzaban a hacerle perder el monopolio.

El ‘Index’ estaba organizado mediante tres listas (o niveles):

Los autores prohibidos (de los cuales no se podía leer ni reproducir ninguna obra o escrito), los libros específicos de un autor y las obras o escritos concretos de autor desconocido. Pero la censura no sólo era a posteriori, sino que todo autor estaba obligado a presentar su obra ante el Inquisidor, autoridad que delegaba en una serie de secretarios o comisarios encargados de leer las obras y emitir un juicio sobre ellas. Así, en muchas ocasiones, se prohibía una frase concreta, un diálogo y hasta un episodio completo. Con esto no sólo controlaban todo publicación sino que pretendían que los propios autores se autocensuraran, teniendo en cuenta durante el acto de escritura lo que podría o no pasar el examen del Santo Oficio.
- Index Auctorum et librorum prohibitorum, qui ab officio sanctae Romanae Inquisitionis caveri ab omnibus caveri mandantur, Roma, 1559.
- Index Librorum prohibitorum, Colonia, 1564
- Index Librorum authorumque S. Sedis apost. Sacrique concil. Tridentini autoritate prohibitorum, Monachium, 1582
Todo aquel que leyera o poseyera un libro prohibido o participara en la producción y circulación de los mismos sería penado con la excomunión. Además todo buen cristiano estaba en la obligación de denunciar a la autoridad cualquier caso que incumpliera la orden papal y, en los viejos tiempos, era costumbre del Santo Oficio realizar quemas públicas con un claro carácter de advertencia.
El ‘Index’ no fue abolido, así como la excomunión que implicaba su lectura (o reproducción), hasta 1966, bajo el papado de Pablo VI, justo después del Concilio Vaticano II; a esas alturas ya contenía más de 4.000 títulos censurados.

La Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca posee varios ejemplares de diferentes ediciones entre su fondo bibliográfico. [CONSULTAR]
De algunos de ellos podemos consultar la digitalización de páginas escogidas en el Repositorio GREDOS o en la Base de Datos de Grabados