Plagas de insectos.

Muchas colecciones de libros antiguos, manuscritos y archivos muestran signos de daño por plagas de insectos. Agujeros en los libros y en las encuadernaciones, grandes áreas roídas y superficies deterioradas, todos son prueba del ataque de plagas. Probablemente, gran parte de este daño sea histórico y ya no esté activo, sin embargo, es importante entender cómo se desarrollan y actúan las plagas y así evitar futuros daños a las colecciones. Las diferentes especies de insectos tienen distintas necesidades de alimento, temperatura y humedad; también son influenciados por el clima y las características de la construcción en la que se encuentran. Las infestaciones en libros se pueden controlar mediante tratamientos tanto físicos como químicos, pero el objetivo de cualquier persona responsable de colecciones debe ser el evitar que las plagas se establezcan y causen daños.

David Pinniger es un entomólogo que ofrece asesoramiento y formación especializada sobre plagas en museos, archivos y bibliotecas. Es asesor de estrategias de gestión de plagas para English Heritage y muchos de los principales museos, archivos, bibliotecas y casas históricas del Reino Unido. Ha impartido cursos y talleres de formación en materia de gestión integrada de plagas en todo el Reino Unido y en muchos otros países. Ha publicado más de 50 artículos y es autor de varios libros como Integrated Pest Management in Cultural Heritage (2015), Pests in Houses Great and Small (2018), Pest Management in Museums, Archives and Historic Houses (2008), Pest Management: A Practical Guide (2015) y Managing Pests in Paper-Based Collections (2012). En 2008 fue galardonado con la medalla Plowden por su contribución a la conservación preventiva.

David Pinniger and Peter Winsor. Integrated pest management : A guide for museums, libraries and archives. London: . Museums, Libraries and Archives Council (MLA), 2004. ISBN 1-903743-79-6

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El objetivo de este libro es proporcionar consejos prácticos, seguros y rentables sobre la prevención y el control de plagas. En él se explicará lo que se debe hacer para proteger sus colecciones, mobiliario y edificios de los daños causados por las plagas. Describe algunas de las opciones para controlar las infestaciones en caso de que se produzcan, pero se concentra en las estrategias que reducen los riesgos.

David Pinniger. Manejo de las plagas en colecciones con soportes de papel. British Library, The Preservation Advisory Centre, 2012. ISBN 978 0 7123 0929

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1 Introducción
2 ¿Qué está dañado o en peligro?
3 ¿Cuáles son las plagas?
4 Temperatura, humedad relativa y limpieza
5 Edificios
6 Monitoreo de plagas
7 Control de plagas en edificios
8 El tratamiento de objetos infestados
9 Más vale prevenir que lamentar: la creación de un programa de MIP
10 Recursos en línea y lecturas complementarias

Murciélagos, guardianes de biblioteca.

biblioteca joanina - Búsqueda de Google
Biblioteca Joanina (Universidad de Coimbra)

La colonia de murciélagos más desconocida y de la que más se habla en Portugal es la que habita en la Biblioteca Joanina de la Universidad de Coimbra y que desde el siglo XVI se encarga de preservar sus cientos de volúmenes para que no sean devorados por los insectos conocidos como «bibliófagos».

Cada ejemplar de murciélago que habita en la valiosa Biblioteca de Coimbra (Patrimonio de la Humanidad), puede llegar a cazar en una sola noche medio millar de insectos que sobrevuelan entre los ejemplares. Por eso, los responsables de la biblioteca aseguran que sus volúmenes se han conservado a la perfección, a pesar de las numerosas hendiduras o circuitos de ventilación por los que se cuelan los insectos.

Cada noche, antes del cierre de la biblioteca, una ópera prima barroca donde se conservan los ejemplares propios de la cultura europea de entre los siglos XVI y XVIII, se protegen los cientos de volúmenes y las mesas con mantas de cuero, con el fin de que los ejemplares no se deterioren con los excrementos de los murciélagos.

La certeza de la existencia de dicha colonia, en la que conviven dos especies de murciélagos, fue evidenciada recientemente por el investigador lisboeta Jorge Palmeirim que, a pesar de que no los vio, pudo medir los sonidos que emiten cuando salen a volar por la noche.

Especialmente, es relevante la caza de la carcoma, «nicobium castaneum», cuya larva excava galerías sinuosas muy aparentes en los libros y puede hacer verdaderos estragos tanto en el papel como en el cuero de las encuadernaciones.

Los conocidos como «pececillos de plata», compañeros de las carcomas, son también objeto de caza para los murciélagos porque, en vez de hacer galerías, acaban consumiendo las hojas de papel, preferiblemente de libros antiguos.

Sin embargo, el aumento de ejemplares y el paso del tiempo han hecho que los murciélagos no sean suficientes como medida protectora de los libros de la Biblioteca Joanina, uno de los principales atractivos turísticos de Coimbra. Según informó a EFE la Universidad de la ciudad, recientemente fue adquirida una cámara de anoxia de seis metros cúbicos de capacidad para tratar el fondo bibliográfico. El objetivo de dicha cámara, que supuso una inversión de 70.000 euros por parte de la Universidad, es la desinfección de los libros, evitando así la acción insectívora.

HISTORIA Y COLECCIÓN

La Biblioteca Joanina de la Universidad de Coimbra, que sustituyó a la antigua Casa da Livraria Universitária, debe su nombre al monarca que la mandó construir en 1717. D. João V, el Magnánimo, gran mecenas de la cultura, la ciencia y las artes siendo esta biblioteca el testimonio notable de la política cultural del rey. Construida sobre una prisión medieval, más tarde sus celdas se usaron como prisión académica para los malos estudiantes.

Situada en el patio de la Facultad de Derecho, forma parte de la Biblioteca General de la Universidad de Coimbra. En otros tiempos, fue también conocida como Biblioteca de Cámara. Su estilo es marcadamente rococó, siendo reconocida como una de las más originales y espectaculares bibliotecas barrocas europeas

En los tres pisos de la Biblioteca Joanina se conservan 60.000 volúmenes de diversas materias, todos editados hasta el final del siglo XVIII, y, en conjunto con la Biblioteca General de esta universidad, se contabilizan un millón de volúmenes.

"Biblia Latina de las 48 líneas" - Búsqueda de Google
«Biblia Latina de las 48 líneas»

Además de libros, la Biblioteca Joanina, considerada una de las más relevantes del mundo, guarda periódicos, revistas, manuscritos muy particulares y colecciones especializadas, con especial atención a las obras de medicina, geografía, historia, estudios humanísticos, ciencias, derecho civil y canónico, filosofía y teología entre los que sobresale una notable colección de mapas antiguos y un extenso e inusual conjunto de documentos musicales de entre los siglos XVI y XVIII.

En esta biblioteca se encuentran ejemplares de lo más singulares, tales como la primera edición de las «Lusíadas», una biblia hebrea editada en la segunda mitad del siglo XV de la que apenas existen una veintena de ejemplares en todo el mundo. También llama la atención la «Biblia Latina de las 48 líneas», llamada así porque cada página tiene 48 líneas. Esta biblia fue impresa en 1462 por dos socios de Gutenberg y es considerada una de las más bellas de entre las cuatro primeras biblias impresas.


Información basada en el artículo de Carlos García para Agencia EFE (25 jul. 2017). Ver original

 

Plagas y cómo combatirlas.

La Biblioteca Beinecke de Libros Raros y Manuscritos, perteneciente a la Universidad de Yale y situada en New Haven (Connecticut), sobresale no solo por la cantidad de ejemplares que atesora o por la calidad de algunos de sus principales tesoros, como el Manuscrito Voynich, sino también por el magnífico y sorprendente edificio que la alberga.

Se construyó entre 1960 y 1963 siguiendo el diseño de Gordon Bunshaft con una fachada sin ventanas, en granito y mármol translúcido inscrito en una cuadrícula de hormigón que deja pasar la luz solar de manera muy tenue, adecuada para la conservación de los libros, y que al mismo tiempo proporciona una ambientación interior especial en consonancia con el contenido. Por la noche el mármol permite transmitir la luz del interior produciendo un efecto de ámbar resplandeciente. El edificio, que parece flotar sobre el suelo sostenido únicamente por pilares en sus cuatro extremos, tiene seis pisos de altura, pero continúa bajo tierra hasta una profundidad de 15 metros. El sistema de iluminación pionero de la biblioteca sería más tarde adoptado por otras instituciones como la Biblioteca Británica o la Biblioteca Nacional de Francia.

En la parte que está sobre el suelo alberga unos 180.000 volúmenes, mientras que en la subterránea se guardan otros 600.000, así como varios miles de manuscritos de todas las épocas.

La seguridad de la biblioteca incluye un sistema anti-incendios que libera una mezcla de Halon 1301 e Inergen, gases supresores del fuego que, aunque reducen el nivel de oxígeno, permiten sobrevivir a los bibliotecarios y usuarios que puedan quedar atrapados en su interior (aunque la exposición a estos gases puede conllevar daños en el sistema nervioso). Las vitrinas interiores, que albergan los ejemplares más valiosos, están cerradas herméticamente al vacío para frenar y prevenir el deterioro de los libros.
Esto es una opción efectiva, salvo cuando el problema ya está dentro de los libros. Así, en 1977 se propagó una plaga de escarabajo del reloj de la muerte (Xestobium rufovillosum) desde uno de los nuevos ejemplares adquiridos que amenazó con destruir buena parte de la colección.

Las larvas de este coleóptero son xilófagas, esto es, comen madera y papel, y están consideradas una de las peores carcomas que puede sufrir una construcción de madera o, efectivamente, una biblioteca.

Debido al sistema de almacenado hermético resultó imposible emplear el método tradicional con fumigación de insecticidas, por los que los responsables de la institución pidieron ayuda al entomólogo Charles Remington.

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Siguiendo sus recomendaciones todos los libros afectados fueron envueltos en plástico y congelados a 36 grados centígrados bajo cero durante tres días.
El sistema funcionó, aunque llevó más de dos años completar el proceso y, desde entonces, la biblioteca lo utiliza con todas sus nuevas adquisiciones. Cualquier libro que llega a la Beinecke es congelado durante tres días antes de pasar a integrar la colección como medida de precaución.

Su efectividad es tal que muchas otras bibliotecas del mundo, sobre todo las que guardan ejemplares especialmente raros, lo han adoptado también desde entonces.

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